sábado, 21 de marzo de 2009

En Madrid, a tantos de tantos


Con mi häagen dazs de dulce de leche en una mano y este boli que no da para mucho en el otro, me despido de este día y de esta ciudad hasta el próximo encuentro. En este hostal de mala muerte pasaré mi única y última noche. Esta habitación que poco promete, esta mezcla entre celda y dormitorio cutre, no me conmueve ni me inspira al arte, pero a su vez me divierte, al verme en esta situación que roza el descojone, digna de una secuencia de una peli mediocre o de aquel personaje de algún libro de Bukowsky, pero sin whisky, yo soy más de chocolate.
Este momento, merece una dedicatoria decente, y la situación me permite dirigirme a un pirata capullo pero entrañable. En Madrid, a tantos de tantos, este torbellino a la que él conoce, le concede con mucho amor y más cariño, el honorable título del gran gruñón del año, cuidate loco.

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