Unos dedos suenan a mi lado,
y las almas vibran, y brillan,
dos signos de agua que se mezclan
y se beben a sorbos el uno al otro,
destilando esencias,
unidas, sin ausencias.
Historias de cuervos e inannas
y bailes de cuerdas, afinadas
en noches de fusión,
de sentidos, acordes e ilusión.
Ya no hay distancias, ni desentonos
sólo presencias, y tesoros.
viernes, 2 de octubre de 2009
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