martes, 18 de noviembre de 2008

El trance...el puto trance...

Tengo una espina que me molesta al respirar y me da la impresión de que esta vez, esto, no se va con un cacho de pan. Hay espinas que ni siquiera se ven y apenas se sienten al tragar. Otras, son un poco más afiladas, cuestan más, pero pasan. En cambio, hay unas que te atraviesan la garganta de lado a lado, que ni el aire a los pulmones te puede llegar. La sangre bombea en las venas, el corazón late deprisa, te apuras, te agarras fuerte a la vida con miedo a que se pueda marchar, me cago en la puta, eutsi goixai, porque digo yo que no hay cielo sin estrellas aunque a veces las nubes las lleguen a tapar; porque digo yo que al otro lado del rio habrá pájaros que también saben cantar aunque mis oidos se hayan acostumbrado a melodias que hoy en día no hacen más que desafinar; porque digo yo que una vez que esta espina llegue a convertirse en un trance que me impulse a avanzar, estaré preparada para escuchar sinfonias que nunca antes me podria imaginar, digo yo que este es el mejor consejo que me podria dar... El trance, el puto trance... mira palante que patrás ya miraste bastante, digo yo que ya es suficiente....

1 comentario:

david dijo...

hacia el amanecer es el único lugar hacia donde conviene mirar, sin embargo, es imposible dejar de mirar atras, aunque sea para ver cuánto hemos avanzado.

muxu bat!
animo y un lametón perruno para karma!