
"El mundo entero tiende a convertirse en una gran pantalla de televisión, donde las cosas se miran pero no se tocan. Las mercancías en oferta invaden y privatizan los espacios públicos. (...)
El "shopping center", vidriera de todas las vidrieras, impone su presencia avasallante. Las multitudes acuden, en peregrinación, a este templo mayor de las misas del consumo. La mayoria de los devotos contempla, en éxtasis, las cosas que sus bolsillos no pueden pagar, mientras la minoria compradora se somete al bombardeo de la oferta incesante y extenuante. (...)
Lavados y planchados y peinados, vestidos con sus mejores galas, los visitantes vienen a una fiesta donde no son convidados, pero pueden ser mirones. Familias enteras emprenden el viaje en la cápsula espacial que recorre el universo del consumo, donde la estética del mercado ha diseñado un paisaje alucinante de modelos, marcas y etiquetas. La cultura de consumo, cultura de lo efímero condena todo al desuso inmediato. Todo cambia al ritmo vertiginoso de la moda, puesta al servicio de la necesidad de vender. Las cosas envejecen en un parpadeo, para ser reemplazados por otras cosas de vida fugaz. Lo único permanente es la inseguridad, las mercancias, fabricadas para no durar, resultan tan volátiles como el capital que las financia y el trabajo que las genera. El dinero vuela a la velocidad de la luz, ayer estaba allá, hoy está aquí, mañana quién sabe, y todo trabajador es un desempleado en potencia. Paradójicamente, los "shopping centers", reinos de la fugacidad, ofrecen la más exitosa ilusión de seguridad. Ellos existen fuera del tiempo, sin edad y sin raíz, sin noche, sin dia y sin memoria, y existen fuera del espacio, más allá de las turbulencias de la peligrosa realidad del mundo. En estos santuarios del bienestar se puede hacer todo, sin necesidad de salir a la intemperie sucia y amenazante. (...)
La seguridad es el artículo más importante que todos los "shopping centers" ofrecen. La seguridad, mercancia de lujo, está al alcance de cualquiera que penetre en estos bunkers. Rodeadas de inmensas playas de estacionamiento, donde los automóviles esperan, estas islas brindan espacios cerrados y protegidos. Allí la gente se cruza con la gente, llamada por las voces del consumo, como antes la gente se encontraba con la gente, llamada con las ganas de verse.(...) En los "shoppings", no hay peligro. La policia pública y la policia privada, la policia visible y la polica invisible, se ocupan de arrojar a los sospechosos a la calle o a la cárcel.(...) Estos gigantescos supermercados, convertidos en ciudades en miniatura, están también vigilados por los sistemas electrónicos de control, ojos que ven sin ser vistos, cámaras ocultas que siguen los pasos de la multidud que deambula entre las mercancias; pero la electrónica no sólo sirve para vigilar y castigar a los indeseables que pueden sucumbir a la tentación de los frutos prohibidos. La tecnología moderna también sirve para que los consumidores consuman más. Grandes empresas espian a los consumidores y los bombardean con su publicidad. (...) Los dueños del mundo usan al mundo como si fuera descartable; una mercancia de vida efímera que se agota como se agotan, a poco de nacer, las imágenes que dispara la ametralladora de la televisión y las modas y los ídolos que la publicidad lanza sin tregua, al mercado. (...) La gran mayoria de la gente consume poco, poquito y nada necesariamente, para garantizar la existencia de la poca naturaleza que nos queda. La injusticia social no es un error a corregir, ni un defecto a superar: es una necesidad esencial. No hay naturaleza capaz de alimentar a un "shopping center" del tamaño del planeta."
(Galeano, Patas Arriba)
Iriki begixak behigoz, hauxe da gertatzen dana, hau da etxen digutena, hau da gure munduantzat nahi deuna? ze askatasun klase da hau? hau ez da askatasuna, hau farsa puta bat besteik ez da, forma erakargarri eta kolore bizizko bihar ezdeuzen "gauza" horre danen atzian beuran patrikak betetzia helburutzat daken trajedun jendia dakau etengabe gure mugimendu danai beira, ezberdintasun sozial eta mundu materialista bat eraiki nahi eta eraikitzen ari dian mamuak. Baina hemen goz esateko geu ere beurai beira gozela, batzuk letra txikixa irakurtzen aspaldi ikasi ginula ta behin da berriz ohikatuko deula hau ez dala guk nahi deun gizartia ta mundua.
GLOBALIZAZIOARI STOP!
Abramos los ojos de una vez, esto es lo que pasa, esto es lo que nos hacen, es esto lo que queremos para nuestro planeta? qué clase de libertad es ésta? esto no es libertad, esto no es más que una puta farsa. Detrás de todas esas "cosas" innecesarias de formas atractivas y vivos colores, hay gente trajeada que su único objetivo es llenar sus bolsillos, que vigilan todos nuestros movimientos, fastasmas que están construyendo un mundo materialista basado en diferencias sociales. Pero estamos aquí para decirles que nosotrxs también les vigilamos, que algunxs hace tiempo que aprendimos a leer la letra pequeña y que una y otra vez gritaremos que ésta no es la sociedad y el mundo que queremos construir.
NO A LA GLOBALIZACIÓN!